miércoles, 17 de marzo de 2010

DISEÑADORES E INFLUENCIAS

Diseñadores, el principio. PAUL POIRET 1879-1944

En 1901 se colocó en el taller más importante del momento, Worth, donde trabajó para sus hijos, que pronto se deshicieron de él. Dos años después montó su propio salón de moda. Su primera clienta fue la entonces admiradísima e imitadísima actriz Réjane. Tres años más tarde Poiret era una celebridad conocida allá donde fuera y en cuyas fiestas se reunía el tout París. El motivo por el que Paul Poiret empezó esta batalla contra el corsé fue que encontraba ridículas a las mujeres de busto curvo y trasero prominente. En 1906 diseñó un traje sencillo, entallado directamente bajo los pechos y que caía recto hasta los pies.

La nueva mujer del diseñador era modesta, joven y de movimientos descaradamente libres. Bajo sus vestidos se escondía una hermosa figura y no un buen corsé. Pero la desaparición del corsé no era lo único que hacía parecer a las mujeres más jóvenes y atractivas, también contribuyeron a ello los colores vivos y estampados sencillos. Para rematar el efecto, Poiret desterró las medias negras y cubrió las piernas con seda de color carne. Lamentablemente su estilo pronto comenzó a degenerar. Cada vez subía más el talle, y en consecuencia, los pechos. Además, sus escotes eran cada vez más pronunciados y sus faldas más estrechas. En 1910 lanzó la falda trabajada, que obligaba a las mujeres a ir dando pequeños pasitos. En esta ocasión las mujeres no siguieron los dictados del genio. Esto no preocupó mucho a Poiret, que siguió vistiendo a la mujer a su antojo con caftanes, quimonos y pantalones bombachos, y cubriéndola con velos, túnicas y turbantes. El lujo en todo su esplendor, bordados de vivos colores, puntillas de oro y plata, perlas y plumas. Lo oriental era el último grito tras el éxito en 1909 de los Ballets Rusos en París, que influenciaron en las artes, la moda y, en definitiva, el estilo de la década.

Paul Poiret fue el primer modisto en lanzar su propio perfume y en 1911 se aseguró un escándalo de inmejorables repercusiones publicitarias al presentar su falda pantalón, que recibió la condenación del mismísimo Pío X. Además, al comprobar en sus viajes que en todas partes se copiaban sus diseños, impulsó la creación del Syndicat de Défense de la Grande Couture Française, que debía proteger las creaciones originales.

JEANNE LANVIN (1876-1946)

Lanvin, la mayor de 11 hermanos, empezó a trabajar a los 13 años como chica de los recados; luego pasó a ser costurera y finalmente modista. A los 18 años abrió una sombrerería propia.

El amor a su pequeña hizo que Lanvin empezara a diseñar delicados vestidos en colores alegres, que se oponían de manera radical a las simples miniaturas de la ropa para adultos que llevaban los niños de la época. Así, al mismo tiempo que diseñaba su primera colección infantil, ponía la primera piedra de su casa de moda. Poco tiempo después creó una línea para chicas jóvenes y otra para mujeres, convirtiéndose en la primera diseñadora en tener en cuenta los distintos grupos de edad.

Introdujo en la moda un nuevo tema: la juventud,

pues con sus patrones sencillos e inocentes y sus colores vivos d

aba a las mujeres

de cualquier edad un aspecto femenino y rom

ántico. Sus vestidos tobilleros de tejidos vap

orosos han pasado a la historia de la moda co

mo robes de style.

MADELEINE VIONNET (1876-¿?)

Madeleine Vionn et fue la inventora del corte al bies y de hermosos drapea dos que hasta hoy en día nadie a conseguido superar. Su vestido de noc he color marfil (1935) se considera una obra maestra, cuya caída perfcta se debe a una única costura, lo que para su creadora constituía el objetivo más el evado. Es posible que la habilidad de Madeleine Vionnet para crear estos cortes a partir de formas simples como cuadrados o triángulos, se deb iera a su pasión por la geometría. La modista, nacida en 1876 en el sen o de una familia modesta, tuvo que dejar la escuela a los 12 años. A continuac ión aprendió corte y confección y trabajó durante un tiempo en París. Con 16 año s se trasladó a In glaterra, donde con 20 años asumió la dirección del taller de la modista Kate R eilly. En 1900, de vuelta en París, entró a trabajar en la reputada casa de moda de las Soeurs Ca llot, donde se convirtió en mano derecha de Marie Callot Gerber, la responsable de la faceta artística del negocio. En 1907 , Doucet le encar gó el rejuvenecimiento del estilo de su firma.

Vionnet empezó suprimiendo el corsé y acortó los bajos, para disgusto de las vendedoras y de las clientas. Esto hizo que la diseñadora se diese cuenta de que tenía que abrir su propia empresa. Vionnet estudió el cuerpo femenino como un médico, para de ese modo preservar su belleza natural y obligar al vestido a adaptarse a la silueta. Hizo uso de los drapeados y del célebre corte al bies, hasta entonces solo utilizado en cuellos, nunca en un vestido entero. Utilizó tejidos sutiles, como el crespón de seda, la muselina, el terciopelo o el satén. En 1918, su proveedor, creó especialmente para ella un tejido único compuesto por seda y acetato, una de las primeras fibras sintéticas. Los colores que usaba eran clásicos, siendo su preferido el blanco en todos sus matices. Además, la diseñadora procuró no recargar excesivamente sus creaciones, utilizando como adornos bordados, rosas o nudos estilizados. Las trabajadoras de Vionnet disfrutaron de unas condiciones que la ley no impondría hasta más tarde, breves descansos, vacaciones pagadas y ayudas en caso de enfermedad. A ella y a sus generosas donaciones se debe la creación en 1986 del Musée de la Mode et du Textile en París.

Mariano Fortuny 1871- 1949

Aunque no era modisto consiguió crear el único vestido que se ha ganado un sitio en la historia: el Delfos, un traje de seda plisada inspirado en los chitones de la Antigua Grecia. Como el chitón, caía desde los hombros hasta los pies sin costuras que le dieran forma, relleno o tela recogida. Un cordondicllo de seda con pequeños adornos de cristal de Murano, ampliaba o reducía el largo de la manga a voluntad. El modelo, creado en 1907 fue calificado de inmediato por los entendidos de obra de arte. El Delfos era un vestido, que, sin mostrar nada, tampoco lo escondía y proporcionaba a la mujer la libertad de movimientos que anhelaba. Así, esta túnica se convirtió en el último grito entre las estrellas de la danza moderna, como Isadora Duncan o Martha Graham.

Su interés por las telas y los colores le llevó a trabajar con terciopelos, sedas y a experimentar con las técnicas de estampado. Su primera creación fue el chal Knossos, una túnica de corte similar a un sari confeccionada con seda estampada. Realizada en fina muselina, estaba decorada con motivos de las Cícladas. Este modelo fue usado entre otras por Mata Hari. El Delfos nació de un simple retal de seda que Fortuny consiguió plisar de forma permanente con un método secreto que todavía no ha logrado aclararse. Según algunos, se hacía a mano, sobre un tejido mojado y endurecido con clara de huevo, que daba como resultado el finísimo plisado largo y desigual característico del vestido.

Otro misterio lo constituyen los sutiles matices cromáticos de la tela. Todos estos detalles convirtieron al vestido de Fortuny en una pieza de museo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario